Si hacés bien las cosas en SEO, tu marca va a aparecer en las respuestas de la IA. Así de simple. No es un universo totalmente distinto: las bases siguen siendo las mismas.
Lo que cambia es que ahora, además de rankear en Google, hay que pensar cómo los modelos conversacionales (ChatGPT, Gemini y compañía) eligen a quién citar. Ahí entran algunos ajustes específicos que vamos a ver en este blog: qué sigue igual, qué cambia y cómo aprovecharlo para que tu marca no solo aparezca en los resultados, sino también en las respuestas.
Porque ya no se trata solo de “buscar”, ahora se conversa.
Durante años, buscar en internet era sinónimo de Google. Tenías una duda, ibas a Google. Punto. Tanto que “googlear” se volvió verbo.
Pero eso cambió. Primero de a poco: productos en Amazon o Mercado Libre, series en Netflix, tutoriales en YouTube, videos en TikTok. Cada cosa en su buscador. Y después, a fines de 2022, apareció ChatGPT. De repente, no solo buscás: conversás.
Con Gemini y el resto de los LLMs la tendencia se consolidó. Y lo que parecía una novedad pasó a ser un hábito que cada mes suma más gente.
Los Large Language Models (LLMs) son sistemas entrenados con cantidades gigantescas de texto. ¿Qué hacen con eso? Predicen la próxima palabra. Tan simple y tan complejo como eso. Y de ahí salen frases, párrafos y hasta artículos enteros.
Lo interesante es que no se limitan a repetir: combinan lo que aprendieron y generan algo nuevo. Por eso se habla de inteligencia artificial generativa. No te tiran un listado de links, te dan una respuesta elaborada, casi como si te hablara una persona.
La diferencia con lo que conocíamos de Google es enorme. Google siempre fue un motor de búsqueda: vos escribías una palabra clave y recibías la clásica lista de “diez enlaces azules”. Después elegías a cuál entrar.
Con los LLMs, en cambio, la lógica es otra: no buscás con keywords sueltas, conversás. En vez de poner “restaurante italiano Palermo”, podés escribir: “Recomendame un restaurante italiano en Palermo que no sea caro y tenga opciones vegetarianas”. Y el modelo no solo entiende, te responde como si fuera un amigo.
Este cambio (de buscadores a asistentes conversacionales) altera las reglas del juego. Ya no alcanza con estar bien posicionado en Google: las marcas tienen que asegurarse de aparecer en las respuestas que entrega la IA.
Lo que antes era lineal (aparecer en Google, recibir clics, medir conversiones) ahora es bastante más caótico.
Se está dando una paradoja bastante interesante: las impresiones se mantienen altas, pero los clics bajan. ¿La razón? Los AI Overviews (esas respuestas automáticas que Google ubica arriba de todo en las SERPs) están frenando el tráfico que antes iba directo a los sitios.
Ahrefs analizó 300.000 keywords y encontró que, cuando aparece un AI Overview, el CTR promedio del primer resultado orgánico cae un 34,5 %. Traducido en más simple: podés seguir estando #1, pero recibís muchos menos clics porque la respuesta ya está servida arriba.
La visibilidad, que antes se medía en clics, ahora está más fragmentada: mucha gente obtiene la respuesta sin visitar ningún sitio. Esto ocurre especialmente en búsquedas informativas, lo que conocemos como zero click searches.
El impacto no es el mismo para todos. Se ven claramente dos grupos:
1. Los que dependen del tráfico masivo (perjudicados): medios, blogs informativos o cualquier sitio que vivía de miles de visitas diarias desde Google. Hoy ese caudal se achica, en algunos casos significativamente.
2. Los que convierten directo en sitio (pueden ganar): e-commerce, SaaS, reservas, suscripciones. Aunque el tráfico baje, cada visita que llega está mejor calificada y puede convertir más rápido. Menos volumen, más valor por visita.
No hay recetas mágicas. Si querés que tu marca figure en las respuestas de los LLMs, tenés que trabajar sobre los mismos fundamentos de siempre, pero con un ajuste de enfoque. La diferencia es que ya no solo competís por clics: competís por estar en el resumen que la IA entrega directo al usuario.
Aunque suene contraintuitivo, lo “nuevo” depende de lo “viejo”. Los LLMs se alimentan de Google y Bing. O sea: si querés que te citen, primero tenés que estar bien posicionado en los buscadores de siempre.
Hoy más que nunca es clave:
Lo técnico no alcanza. Para que los modelos te tengan en cuenta, hay que pensar cómo arman sus respuestas. Y ahí entran en juego ciertos formatos que funcionan especialmente bien:
El objetivo es diseñar tu contenido para que sea “fácil de citar”.
Un cambio interesante: los LLMs no solo leen links, también leen menciones. O sea, si un sitio relevante habla de tu marca aunque no deje un enlace, igual cuenta como señal de autoridad.
Esto le da nueva vida al link building. Los enlaces siguen siendo valiosos, pero ahora también importa que tu marca circule: que aparezca mencionada en medios, foros, redes, listados. En cualquier lugar donde los LLMs puedan “escuchar tu nombre”.
Cuando un chatbot recomienda tu marca, no solo te da visibilidad: te está avalando.
No es lo mismo estar en el puesto #3 de Google que ser mencionado directamente por ChatGPT o Gemini. Es un nuevo tipo de endorsement. Antes lo daba una celebridad en la tele; hoy lo da una IA en sus respuestas.
Y esa confianza pesa. Mucha gente le cree más a lo que le dice la IA que a un listado de links. Por eso, si tu marca aparece ahí, no solo ganás visibilidad: ganás credibilidad.
Uno de los grandes problemas hoy es entender de dónde viene realmente un lead o una venta. La atribución se volvió difusa.
Ejemplo: Ahrefs encuestó a nuevos usuarios que aseguraban haber conocido la marca a través de ChatGPT. Pero en Analytics, esa fuente nunca aparecía. Figuraba como “tráfico directo”.
¿Por qué pasa esto? Porque la persona recibe la recomendación en la IA, pero después entra por otro canal: googlea la marca, escribe la URL o hace clic más tarde. Y ese origen se pierde.
Esto genera dos problemas:
El tráfico desde IA existe. El tema es que no siempre se ve. Aprender a medirlo es clave para valorar sesiones y conversiones más precisamente.
¿El SEO está muerto? No. El SEO nunca muere, se transforma. Cada cambio en cómo buscamos información redefine cómo conectan las marcas con las personas. Hoy el reto no es solo estar primero en Google, sino aparecer en las respuestas de la IA. Y eso exige una estrategia distinta: más ágil, más integrada.
En Eleven lo vemos como una oportunidad. El SEO ya no se trata solo de keywords: se trata de presencia en las interfaces donde realmente se toman decisiones. El futuro ya empezó. Y con la estrategia correcta, las marcas no solo se adaptan: crecen.